jueves, 23 de febrero de 2012

Iba a empezar esta nota con una gran frase, pero acabo de mirar hacia mi derecha y vi una pequeña figura peluda durmiendo plácidamente al calor de mi cuerpo, mi gato Teo. Esta pequeña criatura me acompaña desde hace 17 días ya y nunca me voy a arrepentir de haberlo adoptado, me alegra tanto los días, me acompaña me sigue, necesita de mi tanto como yo de él. Ya le crecieron sus pequeños dientitos y debo decir que duelen.
Es tan inofensivo, juega con cosas que no tienen sentido, es genial hace que vuelva a sentirme como una niña.