Y sé que estoy loca y sé que tengo el pecho podrido de aguantar, y aquí estoy quieta por oirlo, por verlo menar los brazos.
Estoy deseando ser tu mujer y quedarme sólo contigo, y no oír mas voz que la tuya y no ver más que tus ojos, y que me abrazaras tan fuerte, que aunque me llamara alguien más, no pudiera despegarme de tí.
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