lunes, 14 de marzo de 2011

Un día como cualquier otro, desperté, el día estaba muy soleado, fui a desayunar con mis padres, ellos me dieron una noticia, que de verdad alegró mi mañana. Nos íbamos de viaje al pueblo "Rueda",mi cara cuando me dijeron el nombre fue de total confución, no tenia idea de lo que me estaban hablando.

Fui a mi habitación, encendí la computadora para tratar de investigar algo sobre este pueblo que era totalmente desconocido para mi. De repente un mundo de conocimientos se abrieron frente a mis ojos, ese lugar ya no era algo que pasaba por alto, sino era algo que realmente quería conocer, comienzo a leer :

"(...) "Rueda" un pueblo muy pequeño ubicado en el norte de España, poco conocido, hermosos paisajes, en cualquier punto donde te pares en este pueblo podrás ver las sierras que lo rodean, que durante el día pareciera que varian en su color, el clima es bastante seco, es ideal para descansar, vacacionar, alejarse de la ciudad, no veras edificios, ni muchos autos, la gente es muy amable allí, y sobre todo, tranquila (...)"

No entiendo porqué, pero mis ojos empezaron a brillar frente al monitor, no podía creerlo, amo viajar, pero nunca me habia ido tan lejos de casa, intuía que ese viaje iba a ser lo mejor que me habia pasado.
Esa misma tarde mi madre me ordenó que haga las valijas, que al día siguiente partíamos. Estaba tan emocionada que apenas podía recordar dónde estaba mi ropa, lo primero que puse en la valija fue un cuaderno y lapiceras, y luego la cámara. No tenia idea de lo que me deparaba este viaje, sólo penaba en sacar foto para tener lindos recuerdos y en redactar lo que pase día a día.

Esa noche dormí super nerviosa, a  la mañana me desperté podría decir que casi hiperactiva. Pero cuando quise darme cuenta, ya estaba arriba del avión. Dormí muchisimo, a causa de que a la noche no habia podido dormir nada. Era como en mis mas locos sueños, estaba sobre las nubes a miles de kilómetros de mi casa.

Llegamos, y sí definitivamente me di cuenta de que era un pueblo, porque a decir verdad, no tenia nada de parecido a mi ciudad. Cuando llegamos el sol ya casi tocaba la linea del horizonte, habíamos viajado por mas de 12 horas, estaba cansada así que salí afuera de la casa en que nos alojábamos, me senté en la vereda a tomar fotografías. Despues de media  hora me di cuenta de que lo que habia leído era verdad, porque la gente que pasaba me saludaba como si viviera ahí desde siempre.
Al día siguiente desperté y fuimos a desayunar con mis padres al centro, íbamos caminando por la plaza principal, cuando por torpeza mia se me caen todas las fotos que tenía dentro de un cuaderno, alguien muy gentil me ayudó a levantar todo lo que se me había caído. Él me dijo su nombre -Ignacio- se mostró muy gentil, mis padres me dijeron que me quedara si quería, Ignacio me ofresió mostrarme lugares en el pueblo, accedí. Estubimos todo el día juntos, me mostró lugares extraordinarios, quedé maravillada. Sacamos fotos geniales, también debo admitir que me quedé maravillada con él.

Así fueron pasando los dias, mirando el atardecer con él, conociendo este pueblo, conociendo a la gente y sobre todo conociéndolo a él. Teníamos tantas cosas en común que no podía creerlo, él estaba ahí a mi lado, era como yo, pero en versión hombre, nos habian pasado cosas muy parecidas a miles de kilómetros, pero allí estábamos frente a frente sentados, agarrados de las manos, mirándonos lo ojos, no quería que ese momento nunca terminara, nos hicimos muy amigos, puedo llegar a decir que le conté casi toda mi vida, me atrevería a decir que le conte muchas cosas que a mi mejor amiga nunca le dije, nunca habia tenido ese intercambio de opiniones con alguien así.

Una tarde fuimos al museo del pueblo, me pareció muy interesante tu historia, ya que había pinturas que eran geniales, ahí dentro también me enteré de que en este pueblo habia vivido un pintor muy famoso. Realmente admiraba como Ignacio me explicaba todo, parecía una enciclopedia, nunca se le acababan las palabras.
Terminé ese día por quedarme a cenar en su casa, conociendo a sus padres -tan amables e inteligentes como él- que la verdad fueron amorosos conmigo, me hicieron sentir como en casa, luego me acompañó donde me estaba quedando, le dije que en 2 días ya tenía que volver, me dio un abrazo que duró no mas de 2 minutos, pero para mi fue eterno. Al otro día me pasó a buscar y volvimos al lugar que nos conocimos, yo no podía creer que me tenía que ir, no quería dejarlo, lo iba a extrañar demasiado.

El día de partir llegó, me fue a despedir y la verdad era que no podia separarme de sus brazos, no quería que la distancia nos separe, quería que fuéramos amigos cercanos por siempre, porque él me había dando tanta confianza que quería estar con él por siempre. Lo abracé, no pude evitar que mis lágrimas aparecieran, él me secó las lágrimas, tomó mis manos y me dijo "pase lo que pase, estemos donde estemos, siempre te voy a recordar como una persona genial, una amiga que vale demasiado", me fui alejando y poco a poco nuestras manos se fueron soltando ...

Hoy me acuerdo de esta historia y decido escribirla, porque hace exactamente un año y nueve meses que conocí a este chico con el que tengo contacto todos los días, sé que prendo la computadora y él va a estar del otro lado.

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